El adjetivo que más se repite cuando se habla de un libro de Chuck Palahniuk es “perturbador”. Esta palabra, por cierto, actúa de forma extraña, ya que si bien suele atraer a muchos lectores también es aleja a otros, generalmente más correctos o tradicionales.
Un claro ejemplo de lo anterior es el libro El club de la lucha (o El club de la pelea, según la traducción), que dio origen una famosa película de la que tal vez hayas oído o hablar o incluso hayas visto, debido a la fama y a los muchos fanáticos que hasta el día de hoy conserva.
Lo que perturba en esta novela, en particular, dice relación con la doble vida que llevan todos esos oficinistas y trabajadores comunes de la sociedad, que pasan a formar parte de este club, donde liberan su violencia y experimentan sensaciones que la vida cotidiana les prohíbe e intenta evitar. Y digo que esto perturba, ya que posiblemente en muchos de los lectores esta novela despierta cierto deseo de emoción y de caos, que choca, muchas veces, con nuestro pensamiento más racional.
De esta forma, con una narración veloz que no respeta orden ni reglas de corrección ni valores ciudadanos tradicionales, la novela muestra todo este ámbito de insatisfacción que permanece oculto en las sociedades contemporáneas, por lo que una invitación a su lectura es también una invitación a hacernos conscientes de aquel deseo de caos que puede existir en cada persona, y aceptarlo de una vez como parte viva, de nosotros mismos.
H.R. – Departamento de Lengua y Literatura
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