Tomando como referencia inicial las antiguas creencias griegas sobre la diosa Gea, el destacado médico y científico James Lovelock, desarrolla en el libro que hoy compartimos con ustedes una visión que parece dotar nuevamente de vida a nuestro planeta.
Esto, ya que a partir de numerosos estudios e investigaciones en distintas áreas de la ciencia, nos presenta una visión de la Tierra como un organismo viviente, analizándolo como a un solo ser cuyo funcionamiento necesita, hasta cierto punto, de todos los fenómenos que ocurren a diario, como medios de autorregulación que propenden a estabilizar a este organismo y asegurar, a largo plazo, su existencia armónica.
Como puede observarse, se trata de una visión que deja de lado al ser humano como centro de la vida, quebrando así un paradigma que nos ha llevado a analizar aquello que nos rodea solo en función de nosotros mismos, desarrollando así una mirada que, desde otra perspectiva, nos invita a redescubrir al mundo como un organismo vivo, del cual somos parte y no centro.
H.R. – Departamento de Lengua y Literatura
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